miércoles, 31 de diciembre de 2014

BALANCES

Este año no estaba demasiado motivado para participar en la San Silvestre. Creo que es el primer año que fallo desde que hace ya unos cuantos se convirtió en mi puerta de entrada en la nueva vida de corredor. De todas formas no estaba dispuesto a terminar el año sin salir a correr una vez más, así que esta mañana me calcé mis zapatillas, me abrigué un poco (la temperatura era de -2ºC) y salí a correr sin mucho criterio, sin un objetivo concreto, solo disfrutar de una fría y soleada mañana. Un momento ideal para reflexionar y hacer balance del año. No ha sido un año fácil, sobre todo en su último tramo, en el que he sentido y sufrido el autentico significado de la palabra huérfano. Pero la vida es así y no tengo nada que reprocharle, hemos tenido un montón de momentos perfectos y de sucesos extraordinarios, algunos los he aprovechado y otros han pasado de puntillas. Mi madre tuvo una larga vida, llena de malos y de buenos momentos, tengo la sensación de que, al final, fueron más los buenos, y eso me reconforta. En lo deportivo, lo más relevante, ese gran susto que me mantuvo durante meses con el corazón encogido. Pero bueno, no puedo quejarme, las grandes perdidas son llevaderas con ese pequeño ejercito, soldados de Salamina, de amigos y familiares que están ahí, para lo que uno necesite. Feliz año nuevo.