martes, 29 de octubre de 2013

Correr por encima de nuestras posibilidades



Efectivamente es un título de entrada estúpido: nadie puede correr por encima de sus posibilidades... si corremos a un ritmo, una distancia o un tiempo determinado es porque podemos hacerlo. Lo que ocurre es que tenemos tan interiorizado el soniquete 'hemos gastado por encima de nuestras posibilidades' (evidentemente también estúpido. Todo el mundo pude gastar como máximo lo que le es posible conseguir... ya sea con su trabajo, a través del crédito o como sea... es absolutamente imposible gastarse lo que no es posible gastarse, por definición) que somos capaces de creernos cualquier cosa. El caso es que el domingo, cuando atravesé la meta de Aguas Nuevas y terminé de vomitar (debido al esfuerzo de un visceral acelerón final) fue lo primero que pensé: he corrido por encima de mis posibilidades. Pero lo verdaderamente cierto es que he entrenado por debajo de mis posibilidades... y por eso no  he podido hacer la carrera de Aguas Nuevas a un ritmo en torno a 4:30 como tenía previsto, y por eso he vomitado todo el plátano y toda el agua nada más cruzar la meta (y por poco lo hago encima de un espectador). En fin... hay que esforzarse más para sufrir menos.

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