viernes, 24 de enero de 2014

Mitja Marató Internacional Villa Santa Pola

Esperando la salida
He dejado pasar unos días antes de entrar a comentar lo que yo llamaría 'un buen día' para poder verlo con perspectiva y sin perder ni un detalle, con el objetivo de hacer una crónica acorde con lo que ha supuesto para mi esta carrera. No sé si lo habré conseguido. Lo primero señalar el hecho de que el año pasado, pese a estar inscrito desde el mes de julio, no pude acudir a esta carrera que tanto me gusta por culpa de la gripe. Por eso los días previos estaba sumido en un estado un tanto hipocondríaco... son malas fechas para la gripe. Afortunadamente, esta vez llegué sano y salvo a la cita. Llevamos ya unos años coincidiendo en esta carrera Ángel, Pedro y yo, por lo que además supone una buena oportunidad para reencontrarnos y charlar largo y tendido, sobre todo con Ángel qué, como vive en Cartagena, llevamos mucho más tiempo sin verlo. Con Pedro quedé para salir desde Albacete a las 6:00, con Ángel quedamos ya en Santa Pola porque él viajaba desde Cartagena.

El viaje, a pesar del madrugón, muy agradable charlando de todo, más allá de la propia carrera. Como siempre, llegamos con muchísimo tiempo a la carrera, por lo que nos dio tiempo a recoger el dorsal sin agobios y a buscar una cafetería dónde desayunar tranquilamente y esperar a Angel, que apareció puntualmente sobre las 8:30. El día amenazaba lluvia, pero estábamos bien preparados para todo tipo de tiempo, no en vano el equipaje parecía preparado para toda una semana más que para una carrera... esto también suele pasar, sobre todo en invierno. Nos gusta llevar varias alternativas para poder elegir bien qué ponernos para correr. Finalmente yo opté por mis mallas cortas de Hoko, mi nueva camiseta termica de Hoko y encima una camiseta muy fina. Prácticamente estrenaba zapatillas, pues mis nuevas Saucony Ride solo me las había puesto un par de veces (tenían menos de 15 kilómetros). Para la previsible lluvia de la salida me puse un poncho de los chinos... afortunadamente no hizo falta y lo pude tirar inmediatamente y seco.

Multitudinaria salida

Calentamos muy poco, sabíamos que la salida no iba a ser precisamente explosiva, por lo que tendríamos tiempo de calentar en los primeros kilómetros. Cuando llegamos a nuestro cajón (el de 1:30 a 1:40) prácticamente no cabía un alfiler, pero aun así pudimos encontrar nuestro hueco. Y en pocos minutos comenzamos a rodar, todos muy juntitos. En los primeros metros perdía a Pedro, que, como de costumbre iba a bajar de 1:30, con Ángel pude rodar un par de kilómetros, pero también terminé por perderlo... demasiado rápido para mi. Así que el resto de la carrera la hice solo (bueno esto es mucho decir teniendo en cuenta que éramos más de 8300 corredores)... pero afortunadamente pude mantener un buen ritmo casi hasta el final. La lluvia comenzó a los pocos kilómetros, pero nunca me ha importado mojarme una vez estoy corriendo, más bien al contrario me suele resultar incluso agradable correr bajo la lluvia. El comportamiento de mis mallas Hoko fue espectacular, parecía magia descubrirlas secas una vez finalizada la carrera. La carrera me resultó muy cómoda y me lo pasé muy bien. Durante los primeros kilómetros veía en mi Garmin ritmos en torno a 4:30 y, como me encontraba muy cómodo pensaba: 'cinco kilómetros más a este ritmo a ver que pasa'. Así transcurrió toda la carrera, manteniendo un buen ritmo y muy animado por el público y los puntos de animación  de la organización. Aunque flaqueé un poco en los últimos kilómetros, la verdad es que terminé muy contento con mi tiempo (mi segundo mejor tiempo en una media maratón, por debajo de 1:40 en tiempo real), sobre todo teniendo en cuenta lo malos que fueron mis entrenamientos previos.

La temporada acaba de empezar, y no estoy tan mal de forma como esperaba... así que habrá que esforzarse un poco más y buscar nuevos retos.

Lo mejor la compañía de los amigos y el gran ambiente festivo vivido y, como no, el arrocito final.
Arrocito reparador


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