La carrera de Balazote de este año ha sido una nueva prueba de mi estado actual. Por una parte confirma mi lamentable forma física; pero por otro me da esperanzas al ver que, si bien no percibo mucha mejora, si puedo ver al menos que puedo terminar una carrera de este tipo en buenas condiciones. He terminado, no me he lesionado y tampoco he tenido que caminar. Los objetivos son poco ambiciosos, pero por el momento no puedo pedir más. Lo mejor de todo es que me quedan fuerzas suficentes para apretar al final y que recupero muy pronto. Lo peor de todo es la sensación de miedo que tengo durante la carrera, cualquier pequeña molestia la exagero y la percibo como un amago de infarto que me obliga a bajar el ritmo. Corro con miedo aunque prácticamente sin sufrimiento. Pero bueno, a pesar de todo, no ha estado mal, seguimos en la brecha.
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